lunes, 30 de junio de 2008

ATARDECERES





Al ángel que con su sonrisa adorna la cabellera


del tiempo.


Carlos Antonio.




I



Figuras de arcilla


en atardeceres oleados.


Ante castillos de arena


las inocentes risas brillan sin cesar.



II



Ante la presencia cálida del sol.


La luz,


penetra los poros de la piel,


pero el juego de esos bellos niños


invaden el alma.


La libertad se respira en cada palabra,


en cada mirada.



III



El cielo es un inmenso techo,


el y la luna, dioses venerados,


y la playa y arena,


el lecho de los sueños.


Todo ello, paisajes inspirados


por la mano de un gran artista,


Dios.



IV



Mil nombres escritos en el suelo


son devorados por el mar.


La tierra bajo su piel dorada,


atesora cada instante.



La brisa purifica los sentidos.


Detrás de las rocas el crepúsculo.



V



Y el mar tan travieso como


Daniel y Antonio, niños que corren


uno tras otro.



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